Seleccionar la estructura jurídica adecuada para tu empresa es crucial. Las formas jurídicas más comunes para las pequeñas y medianas empresas (PYMES) en Suiza son la empresa individual, la sociedad de responsabilidad limitada (SRL o Sàrl) y la sociedad anónima (SA). Otras formas jurídicas menos comunes, como la sociedad colectiva (SNC), la sociedad comanditaria, la sociedad comanditaria simple (SS), la cooperativa y la asociación, también pueden ser adecuadas, en función de tus necesidades empresariales.
La elección de la forma jurídica tiene importantes implicaciones para tu empresa, ya que afecta a la responsabilidad, los requisitos de capital mínimo, los procedimientos de creación y la organización general. El tratamiento fiscal también se ve influido por la estructura elegida.
Por ejemplo, el capital mínimo necesario para constituir una SRL es de 20.000 CHF, mientras que una sociedad anónima requiere 100.000 CHF. En cambio, una empresa individual o una sociedad colectiva pueden constituirse sin capital mínimo.
Los trámites para crear una empresa también varían según la forma jurídica. Una empresa individual sólo necesita inscribirse en el Registro Mercantil si su facturación anual supera los 100.000 CHF. En cambio, una sociedad anónima debe constituirse mediante escritura pública e inscribirse en el Registro Mercantil.
Nuestros abogados especializados pueden asesorarte personalmente sobre la opción más adecuada para crear tu propia empresa.
¿Cuál es la responsabilidad de los miembros de una entidad mercantil?
La responsabilidad de los miembros de una entidad mercantil depende directamente de la forma jurídica elegida.
La exposición al riesgo es una distinción clave entre las sociedades de capital (SRL, SA) y las sociedades personalistas.
Si no quieres o no puedes asumir los riesgos y responsabilidades de tu empresa con tu patrimonio personal, deberías plantearte operar a través de una sociedad de capital.
En una empresa unipersonal, el propietario es personal e ilimitadamente responsable de las acciones y deudas de la empresa. Lo mismo ocurre con los miembros de una sociedad colectiva, que son responsables solidarios de las deudas de la sociedad.
Por el contrario, los socios de una sociedad de capital tienen dos patrimonios separados: su patrimonio personal y el patrimonio de la sociedad. Por tanto, su responsabilidad se limita al patrimonio de la sociedad, siempre que las acciones hayan sido totalmente desembolsadas. Los acreedores no pueden perseguir directamente a los socios de una sociedad de capital en quiebra, salvo en casos específicos.
Cuanto mayor sea el riesgo empresarial o la aportación económica, más aconsejable es elegir una sociedad de capital.
¿Cuál es la importancia de un estatuto de empresa?
Los estatutos incluyen información esencial sobre la entidad jurídica, como su nombre, finalidad y domicilio social. También contienen normas sobre la organización de la entidad, incluida la designación de los órganos de gobierno y los derechos de voto de los miembros durante la asamblea general. La lectura de los estatutos revela los poderes de los representantes de la empresa y su autoridad para tomar decisiones.
Los estatutos se publicarán en el registro mercantil, con lo que la información será accesible y vinculante para todas las partes interesadas.
En el caso de una sociedad anónima, los estatutos también incluirán información crucial sobre el capital social y el importe desembolsado, detalles sobre las acciones (número y valor nominal), y el nombramiento de los miembros del consejo de administración y del órgano de auditoría. La ley establece requisitos mínimos de contenido para los estatutos de las sociedades de capital, que deben estar autenticados.
Además de los requisitos básicos, se recomienda añadir especificaciones a tus estatutos, como las aportaciones en especie, los procedimientos de la asamblea general y la forma de convocar a la junta directiva.
Revisar los estatutos permite a un abogado especializado en derecho mercantil recabar información sobre el funcionamiento de la entidad, lo que ayuda a desarrollar estrategias acordes con el proyecto, asunto o litigio actual.
¿Por qué es importante la finalidad de mi entidad comercial?
La finalidad de tu entidad mercantil es un elemento fundamental en su fundación, ya que define las razones de su creación, su misión y sus objetivos. Este propósito se incluirá en los estatutos e informará al público sobre las actividades de la empresa.
La finalidad de la entidad puede ser económica, comercial o no lucrativa. También es esencial que el fin sea lícito: un fin inmoral o ilegal impedirá la constitución de la empresa.
El propósito proporciona un principio rector para la misión de la empresa, al tiempo que limita las posibles actividades empresariales. En las sociedades de capital, los poderes de los representantes están definidos con precisión por el objeto, lo que les permite dedicar a la entidad únicamente a actividades relacionadas con el objeto declarado.
El reto a la hora de definir el propósito de la empresa es que sea lo suficientemente amplio como para permitir el crecimiento y, al mismo tiempo, lo suficientemente preciso como para que las partes interesadas comprendan la misión de la empresa.
Algunas formas jurídicas, por ley, no pueden tener principalmente fines lucrativos. Por ejemplo, las asociaciones y fundaciones deben perseguir un fin ideal (actividades políticas, artísticas, religiosas, benéficas, etc.). La finalidad de una asociación considerada de utilidad pública puede darle derecho a la exención fiscal. Un abogado especializado en derecho mercantil puede asesorarte sobre el cumplimiento de estas condiciones.